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AGOSTO 26TH, 2021 | LIDERAZGO

Autor Invitado: Jeffrey Hayzlett

¿Has oído alguna vez que nunca debes hacer una pregunta de la que no sepas la respuesta? Quizá lo haya leído en una novela de John Grisham. Aunque eso puede ser cierto para un abogado que está interrogando a un testigo, para los líderes ejecutivos es todo lo contrario.

A menudo tenemos la idea errónea de que el líder se supone que tiene todas las respuestas. Cuando yo era un nuevo líder, ciertamente me creí esa idea. Me esforcé mucho porque nunca quise admitir ante los miembros del equipo que no tenía una respuesta a una de sus preguntas. Hice horas extras, tratando de compensar en exceso mis deficiencias. Puede que me haya costado un tiempo entenderlo, pero me he dado cuenta de que los mejores líderes no tienen todas las respuestas.

Es sencillo: los mejores líderes hacen las mejores preguntas

«El mayor cumplido que se me hizo fue cuando alguien me preguntó lo que pensaba y atendió a mi respuesta». 

Henry David Thoreau

Exigir, mandar u ordenar no comprometerá ni empoderará a los miembros de tu equipo. ¿Pedir su opinión? ¡Ahí sí que aprenderás algo!

Hacer grandes preguntas es una técnica poderosa para obtener más información sobre un problema o situación, buscar retroalimentación sobre tu desempeño como líder, y para obtener aportes y encontrar nuevas oportunidades para servir a tus clientes.

A lo largo de los años, he trabajado con equipos de liderazgo para ayudarles a empezar a «remar y crecer» en la misma dirección. Hacer preguntas es una parte importante de lo que hago. Lo comparo con lo que ocurre cuando uno va a un concierto y el artista lanza una pelota de playa al público y luego observa cómo el público la lanza de un lado a otro. Yo hago una pregunta al equipo, a menudo una pregunta difícil y a veces incómoda, me aparto de su camino y dejo que la lancen de un lado a otro. Se comparte información de calidad, pensamientos y sentimientos profundos, se resuelven los problemas, se abandonan las guerras territoriales y se derriban los silos departamentales. Simplemente porque he formulado unas cuantas preguntas cuidadosamente elaboradas.

Repito: preguntas cuidadosamente elaboradas. Sólo se obtienen respuestas a las preguntas que se formulan, así que aprenda a hacer preguntas poderosas.

Así que vamos a ello.

Aquí he recopilado una lista de 12 preguntas que los líderes prósperos hacen a su equipo

¿Qué te hace sentir orgulloso de trabajar aquí?

¿Qué crees que deberíamos hacer en esta situación?

¿Hay algo que yo esté haciendo que se interponga en tu camino hacia el éxito?

¿Cómo me ves como líder?

¿Qué lecciones aprendiste con esta experiencia?

¿Qué debería hacer más? ¿ Qué debería hacer menos?

¿Qué crees que podrías haber hecho mejor o diferente en esta situación?

¿Cómo calificarían mis habilidades de comunicación y por qué?

¿Qué aspectos de su trabajo le gustan más? ¿Qué aspectos de su trabajo son los más desafiantes?

¿Qué ideas tienen para mejorar nuestro negocio/crecer nuestra organización?

¿Qué dicen nuestros clientes?

¿Hacemos algo que ya no es efectivo y que deberíamos dejar de hacer?

Adapte estas preguntas a su situación particular. Lo único que tienen en común es que ninguna de ellas puede responderse con un «sí» o un «no» y, de hecho, ninguna puede responderse con una sola palabra. Esto es así por diseño. Al elaborar y formular preguntas abiertas, obtendrá más información y obtendrá una mayor comprensión de los miembros de su equipo.

Por último, sería negligente si no mencionara la faceta más importante de hacer buenas preguntas. Lo digo con el mayor cariño, pero por favor, por el amor de Dios, ¡cállate y escucha sus respuestas! Esta puede ser la parte más complicada. Aunque soy un gran hablador, finalmente aprendí que hay un momento para hablar y otro para cerrar la boca. Te animo a que hagas lo mismo. (¡Lástima que yo no lo aprendiera hasta después de salir de la escuela!) Pero es una habilidad que vale la pena practicar.

Deja espacio para el silencio. A veces tus colegas están callados porque se están tomando un tiempo para formular su(s) respuesta(s). A veces, los miembros de tu equipo están callados porque esperan que tú intervengas y les evites tener que responder. No lo hagas. Deja que haya silencio y espera pacientemente a que la otra persona responda.

Voltaire dice,»Juzga a un hombre por sus preguntas y no por sus respuestas».

¿Me atrevo a parafrasear a Voltaire?

Calro que sí, me atrevo.

Yo digo,

«Juzga a un líder por sus preguntas más que por sus respuestas».

Atrévete a hacer preguntas para las que aún no conoces las respuestas. 

Desarrolle su capacidad para elaborar preguntas que le permitan obtener información, aportaciones y conocimientos. Es una herramienta poderosa que debe tener en su caja de herramientas.

AHORA ES SU TURNO:

¿Cuál es la pregunta que hace a su equipo cada día?

¿Cuáles son sus mejores técnicas para comprometer a los miembros del equipo?

Jeffrey Hayzlett