- ¿Alguna vez ha experimentado el silencio cuando le hace una pregunta a alguien?
- ¿Se sintió incómodo con ese silencio?
- ¿Qué hizo usted?
La persona promedio toma sólo de 2 a 3 segundos antes de reformular la pregunta, contestarse a sí mismo, o simplemente continuar. Por extraño que pueda parecer, la persona promedio no tiene ni idea de que hace eso. ¿Qué tal usted? Cuándo se ha enfrentado al silencio, ¿ha repetido la pregunta demasiado pronto? ¿O ha repetido la pregunta con otras palabras? O quizás, ¿ha hecho una segunda o incluso una tercera pregunta con la esperanza de que le responderían? Por favor, no lo haga. Su silencio puede ser, de hecho, una de las herramientas más eficaces que puede utilizar al hacer una pregunta. Haga su pregunta y luego otórguele a la persona el regalo del silencio. Dele a la persona tiempo para pensar y formular su respuesta. Quédese quieto. Centre su atención en ellos. Relájese y espere. La buena noticia es que ellos responderán, y a menudo, cuanto más prolongado sea el silencio, más significativa será la respuesta.
¿APRECIARÍA USTED EL SILENCIO?
Si alguien le pregunta: «¿Qué pasos podría usted tomar el próximo mes para convertirse en un mejor líder?» ¿Sería usted capaz de empezar a contestar en 2 ó 3 segundos? O, ¿apreciaría algo de silencio para elaborar su respuesta? ¿Qué pasaría si, después de 2 ó 3 segundos, quien hizo la pregunta la repitiera nuevamente o hace otra pregunta? ¿Sería eso útil? ¿O preferiría usted que esa persona permanezca en silencio y le dé tiempo a pensar? Me imagino que lo último. Así que, si usted aprecia unos momentos de silencio para cuidadosamente responder a una Gran Pregunta, también lo aprecian aquellos a quienes usted les hace una Gran Pregunta. No desperdicie una Gran Pregunta interrumpiendo el silencio con sus palabras, e impidiendo así que tengan el tiempo que necesitan para responder racionalmente. Cuatro grandes citas sobre el valor del silencio: «El silencio añade valor a las preguntas que hace». — Dan Rockwell, blog Leadership Freak
«La más interesante que usted puede hacer es formular una buena pregunta y después de escuchar la respuesta quedarse en silencio por dos o tres o cuatro segundos, como si estuviera esperando más.
¿Sabe qué? Los hará sentirse avergonzados y hablarán más». — Mike Wallace, Legendario Reportero de CBS
«Los líderes sobresalientes no sólo saben hacer las preguntas correctas, sino que también saben cómo esperar pacientemente por una respuesta. Se sienten cómodos con el silencio. Si usted no se siente cómodo con el silencio, lo llenará con otra pregunta que dejará sin contestar su pregunta original y estorbará la fluidez de la conversación. Después de hacerle una pregunta a un empleado, su paciencia le dará poder. Hágale resistencia a la fuerza gravitacional que le impulsa a llenar ese vacío. Su silencio produce un sentido de responsabilidad por dar una respuesta. Es mejor esperar por una respuesta bien elaborada que obtener una respuesta rápida pero elaborada a medias». — Lee J. Colan y Julie David-Colan, autores de Los 5 Hábitos de Entrenamiento de Líderes Excelentes
«Cuando haga una pregunta, mire a la otra persona directamente a los ojos. Y –esta es la parte más importante– permanezca callado. Simplemente pregunte, y luego espere. No desperdicie un montón de palabras entre su pregunta y la respuesta de la persona. La espera –ese rato de silencio– es ensordecedora, pero crítica». — Sarah K. Peck,
tomado de su libro electrónico gratuito: El Arte de Preguntar
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